Un caso que conmovió a la sociedad cordobesa en los años 30 y tracendió los límites de la provincia para convertirse en una noticia de nivel nacional.
Por desgracia nunca se pudo resolver el crimen que aún sigue impune.
Un interesante resumen o crónica de los hechos a continuación...
A Martita Ofelia Stutz su mamá le había dado permiso para que fuera a comprar el Billiken en el quiosco de la esquina. Nunca regresó. Nadie la volvió a ver, ni viva ni muerta. Martita tenía nueve años y vivía en el barrio San Martín de la ciudad de Córdoba. Como sucede con los crímenes que perturban a la sociedad, que rompen algo profundo en ella, nada fue igual después del caso Martita Stutz.
Muchos de los datos publicados eran falsos y confundían mas la investigación.
Titular de un diario de la epoca.
Todo sucedió en 1938, el año en que Hitler ocupó Austria, México nacionalizó el petróleo, se suicidaron Leopoldo Lugones y Alfonsina Storni, y River Plate inauguró el Monumental. Los Stutz eran gente modesta, pero vivían con ciertas comodidades características de las familias argentinas de la época.
El padre era empleado y la madre, ama de casa. Ocupaban una casa amplia en la calle Galán, a unos metros del boulevard Castro Barros. Córdoba era una ciudad provinciana en la que despuntaban rasgos modernos. Siesta y pujanza, peperina y cambio. Calles tranquilas, largos paseos al borde del arroyo La Cañada, pero también rascacielos en construcción. Los Stutz podían darse algún lujo, como tener una sirvienta con cama adentro. Eran las once y cuarto de la mañana del sábado 19 de noviembre de 1938. Mamita, ¿me das veinte centavos para comprar el Billiken? -preguntó Marta Ofelia. Sí Martita, acá tenés. Tené cuidado al cruzar la calle. ¿Por qué habría de tener miedo esa mamá? Martita iba todos los días a la escuela en tranvía, con su papá, y volvía con una compañera que vivía en la misma cuadra. De todas maneras, rara vez salía sola. Pero aquella mañana la casa estaba revuelta: habían venido parientes de Buenos Aires. Martita vestía un traje azul marino con la pollera tableada, medias tres cuartos, y en la cabeza, un moño blanco. La mañana del 19 de noviembre inauguraban un centro cívico en el barrio y había venido el gobernador, Amadeo Sabattini, motivo por el cual había mucha gente....
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C e F.
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