Adabel Guerrero

Se viene el verano con todo a Carlos Paz!

Redacción VOSPor Santiago Berioli

La historia de Adabel Guerrero escapa a lo que generalmente se ve hoy en los medios. No empezó en un reality ni se hizo famosa por algún escándalo mediático. Desde pequeña en La Plata, su ciudad natal, comenzó a estudiar baile, e incluso llegó a ser profesora de danzas clásicas. De allí pasó a formar parte del Ballet Argentino y luego fue partenaire de Iñaqui Urlezaga durante siete años.

De cordoba IV

Su primer trabajo relacionado con el teatro fue cuando Pepe Cibrián la llamó para hacer El Fantasma de Canterville. Después trabajó con Gerardo Sofovich, Carmen Barbieri, Nito Artaza y Miguel Angel Cerutti, sus actuales compañeros en Excitante, con el Negro Álvarez y Jorge Corona, entre otros.

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En medio del verde, la naturaleza y el lago San Roque, donde alquiló una casa bien alejada del ruido para pasar el verano junto a su novio Martín Lamela, Adabel asegura que no cree en las fórmulas mágicas para el éxito: “A mí siempre me gustó hacer de todo, ya de chiquitita nací con eso de bailar, cantar y actuar, porque me encanta todo. Pero cada cosa lleva su tiempo. Arranqué con el baile, y estuvo bien que sea así porque la edad del baile es más corta. Para cantar tenés un periodo mucho más extenso y para actuar tenés toda la vida. El año pasado me dediqué mucho a estudiar: clases de baile, de canto, de teatro. Hace poco grabé unos sketchs con Emilio Disi para un programa de humor, así que estoy contenta por cómo se va dando todo”.

Esta foto salio en la voz de hoy!

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–¿Pudiste estudiar porque no estuviste en “Bailando por un sueño”? Ahora bien, ¿eso no te quita trabajo o popularidad?

–Este año, que sólo estuve un par de veces reemplazando y no todo el año en lo de Tinelli, no me modificó demasiado la vida. Seguí trabajando muy bien, tuve propuestas mejores que antes. Siento que mi carrera va evolucionando más allá de marcelo Tinelli.



–O sea que hay vida después del bailando...

–Por supuesto. De hecho, cuando renuncié a lo de Gerardo (Sofovich) me dijeron: ¿Hay vida después de Gerardo? Y Mirá… hay vida después de Gerardo. También hay vida más allá del Bailando. Ahora, no te voy a negar que a mí el Bailando en 2008 fue lo que me abrió las puertas para la popularidad. Pero se puede continuar después del Bailando, el tema es que uno mismo tiene que mantenerse trabajando, estudiando y progresando. El año que viene creo que voy a estar de nuevo, y ahí aprovecharé para tener “Pum”, otro golpe de popularidad.



–¿El Bailando sube las exigencias de la gente para los shows de teatro?

–Sí, levanta el nivel. Primero, lo hace más popular, lo que está bueno para los bailarines, hace que la gente entienda un poco más sin haber hecho nunca baile. Si bien son bastante básicos los bailes en el programa, porque no todos son bailarines, las coreografías se preparan en una semana. Pero sí me parece que la gente va teniendo conocimiento. Además, el Bailando obliga a las chicas nuevas ¡a bailar! Antes salían de un Gran Hermano, no sabían hacer nada y ya encabezaban como vedettes. ¡Y después las ibas a ver y las querías matar, porque pagabas una entrada para ver nada! El Bailando obliga a las chicas a saber hacer algo.

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–¿Por qué elegiste un lugar así para pasar el verano, tan lejos de todo?

–Necesito tranquilidad, verde, naturaleza. Yo por mí hubiese venido en una carpa, lo que pasa es que no me imagino en carpa toda la temporada y además ¡¿dónde meto todos los zapatos?! Tengo que hacer otra carpa para los zapatos. Ja ja. Así que lo más parecido a vivir en camping es esto que elegimos. Levantarse acá es como estar en otro mundo. Después de estar todo el año en esa selva de cemento que es Buenos Aires, esto es como unas vacaciones. Esto es fantástico. Y este año voy a subir al Uritorco por tercera vez! La primera fue a los 14 años y quería ver los platillos voladores o que me llevaran. Ja ja, pero se ve que mi misión es en esta tierra y todavía no la cumplí. Pero este año voy con ganas de energizarme, despejarme, para tener más contacto con la naturaleza.

Hasta pronto